miércoles, 6 de diciembre de 2017

17- VISITA AL COTTOLENGO






Los alumnos de 5º año del secundario visitaron el 

Cottolengo de Avellaneda  


Fueron con la profesora Teresa Rivero  y Susana Nucaro. Fue como un cierre de proyecto de formación religiosa, la idea era que ellos puedan vivenciar como se trabaja en el cottolengo de Avellaneda. Estuvieron trabajando estos meses sobre una película llamada “Los miserables” con una reflexión de una frase que dice uno de los personajes  y la frase que utiliza Don Orione para el Cottolengo de que no se le pregunte el nombre sino sin tiene algún dolor.
Los chicos prepararon  una canción, con una coreografía. Se le pedio a los alumnos gomitas de pelo, vinchas.
Estuvieron toda la mañana desde las 8:30 hasta las 16:30. Los recibió el director de la institución  Diego les explicó un poquito la historia y además como estaba dividida la casa. Tenía hogar de día que esta de manera permanente después de eso participamos del  hogar de día, de algunas actividades que hacen las residentes  que eran cerámica, reciclado y collage.
Después de eso los chicos hicieron la recreación. Estuvieron un ratito bailando, las chicas se fueron a almorzar y nosotros nos quedamos en el salón, almorzamos y después del almuerzo se compartió con los chicos del curso como se sintieron y las expectativas que ellos tenían. Cuando terminaron ese ratito de reflexión se le pidió al director que contara un poco como estaba  organizado el lugar porque algo de lo que había conversado también durante este último periodo en 5º era de la caridad organizada como decía San Vicente de Paul, le pedimos que explicara cómo estaba organizado el cottolengo y toda la gente que tiene que participar.
Hay algunos alumnos que decidieron no participar, otros tenían temor y a medida que estuvieron jugando con las chicas, dieron el taller, compartieron la tarde con ellas se fueron soltando y además este miedo se fue disolviendo.
“La pasamos hermoso y mucho más de lo que habíamos pensado, porque cuando lo presentamos al proyecto en el aula había dudas o miedos. Cuando se animaron y llegamos, entraron y cuando vieron los talleres y las cosas que las chicas hacían ellos decían que se sentían inutililes. Allá jugamos, estuvimos en varios talleres hicimos actividades con ellas, nos sacamos fotos, disfrutamos, después compartimos el almuerzo donde pudimos evaluar cómo nos sentimos, sintieron deseo de volver otro día.” Sostuvo  Teresa Rivero


                                                                                        Redacción: Moldes y Acuña